Desde el día en que nacemos, nuestro cuerpo va envejeciendo cada día. A pesar de los múltiples prejuicios y miedo a la vejez, es un proceso natural del ser humano al que, con suerte, todos llegaremos. Por ello, aceptar que todos vamos a alcanzar la vejez y buscar las mejores fórmulas para tener un envejecimiento saludable y activo es de vital importancia. Si te interesa conocer cuáles son las claves de ello, quédate con nosotros. Además, recuerda que en Grupo Esneca podrás formarte en el sector con la formación en Dirección y Gestión de Residencias de Mayores.
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¿Qué es el envejecimiento saludable?
Según la Organización Mundial de la Salud, el envejecimiento saludable es un proceso de desarrollo y mantenimiento de las capacidades funcionales y de bienestar en la vejez. Y es que la vejez aporta cambios en nuestro cuerpo, como muchas otras etapas en nuestra vida.
Muchas personas son incapaces de desligar el envejecimiento de los conceptos de pasividad o dependencia. Y esto es, precisamente, lo que propone el envejecimiento saludable y activo: buscar herramientas que nos permitan envejecer de manera activa y disminuyan el deterioro funcional de nuestro cuerpo y mente.
Tipos de envejecimiento
Los gerontólogos y geriatras pueden diferenciar diferentes tipos de envejecimiento. Las tres principales clasificaciones son:
- Vejez activa o competente. Cursa con las mejores condiciones posibles, minimizando el riesgo de enfermedad y con funcionamiento físico, cognitivo y afectivo funcional. El tipo de vejez del que hablamos hoy y el más deseable.
- Vejez normal. Suele implicar cambios graduales en el cuerpo y en la mente y ocurren de manera intrínseca por el paso del tiempo. Estarían en este tipo de vejez todas las personas que reúnen una cantidad “media” de parámetros.
- Vejez patológica. Es el envejecimiento que cursa con alguna enfermedad o discapacidad asociada a cambios que no son necesariamente parte del envejecimiento.
5 consejos para un envejecimiento saludable
1-. Nutrición. Mantener una buena alimentación no solo nos puede ayudar a estar sanos, sino que puede ayudarnos a conservar nuestra autonomía, energía y calidad de vida. Consumir menos grasas saturadas y empezar a comer verduras, fruta y alimentos ricos en fibra es una muy buena alternativa.
2-. Movimiento y actividad física. En todas las etapas de nuestra vida pero especialmente si queremos tener un envejecimiento saludable, mantenernos activos y en movimiento es una buena opción. Gracias a ello, rebajamos el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, disminuimos la presión arterial y cuidamos de otros ámbitos como la resistencia a la insulina, algunos tipos de cáncer o los accidentes cerebrovasculares.
3-. Sociabilidad. No lo afirmamos nosotros, lo hace la ciencia: tener contacto social e implicarse en actividades de ocio y sociabilización tiene un impacto importante en nuestro bienestar. Implicarse activamente en la vida social nos permitirá tener un envejecimiento saludable.
4-. Salud mental. Las principales afecciones de las personas en edad avanzada en cuanto a salud mental suelen estar relacionadas con un envejecimiento patológico o complicado. Las patologías que aparecen son la ansiedad, la depresión, los trastornos bipolares o la adicción al alcohol u otras sustancias. Otra de las patologías más temidas es la demencia. Cuidar de nuestra salud mental es clave para envejecer de manera saludable.
5-. Hobbies. Mantener nuestro cerebro activo es también muy importante. Por ello, se recomienda que busquemos hobbies y actividades que nos permitan ejercitar nuestro pensamiento. Algunos de los más comunes son la lectura o los pasatiempos y rompecabezas.